Hace tres años, Detective Comics decidió sorprender a medio
planeta (los fans de Marvel) y acojonar al otro medio (los fans de DC) dando un
brusco giro en su estrategia editorial, consistente en reiniciar la continuidad
(y la numeración) de todas sus series. The New 52, nombre que se le dio a esta
iniciativa, resultó ser un éxito, hasta el punto de que Marvel se encuentra en
medio de un proyecto parecido.
Es cierto que la gran mayoría de personajes y conceptos se
han mantenido iguales después de que Flash pulsase el botón del reset. Sin
embargo, era necesario explicar de dónde venían estos “nuevos-pero-viejos”
héroes, especialmente en el caso de las caras más conocidas de la editorial.
Por ello, el objetivo del primer arco argumental de la renovada serie Liga de la Justicia,
a cargo de Geoff Johns y Jim Lee, fue el de presentar el origen de EL grupo de
superhéroes de DC. Estos primeros 6 números han sido renombrados,
posteriormente, como Justice League: Origin.
Justice League: War, la película que en este caso nos ocupa,
es una traslación al 95% de estos 6 primeros números del cómic. Es, del mismo
modo, la continuación de Justice League: The Flashpoint Paradox, equivalente
animado del evento de cuatro números que puso fin a la continuidad tradicional
del universo de DC, Flashpoint.
En sí, Justice League: War no deja de ser una historia de
origen bastante arquetípica. Los personajes van haciendo acto de presencia de
forma escalonada, chocando inicialmente, pero viéndose obligados a colaborar
para hacer frente a un enemigo mayor, que en este caso, tiene la pinta de un
Darkseid con ganas de esclavizar a la humanidad, empezando por EEUU, como es
norma. La alineación de esta encarnación de la Liga de la Justicia incluye,
claro, a la Santísima Trinidad DCera (Batman, Superman y Wonder Woman), a los
clásicos Flash y Linterna Verde, Shazam (en sustitución de Aquaman, el elegido
en la versión de papel), y al nuevo fichaje, Cyborg. Llama la atención, además,
que los creadores de la película hayan decidido optar por diseños alternativos
de los propios superhéroes, que si bien no resultan revolucionarios, son los
suficientemente diferentes para ser llamativos.
En aspectos de producción, Justice League: War cumple. La
animación se mantiene al mismo nivel habitual de las películas de DC, o lo que
es lo mismo, bueno sin ser espectacular. Es destacable, que en materia de
voces, hayan echado mano de algunas caras conocidas del mundo del cine y la
televisión, destacando Michelle Monaghan (Misión Imposible 3, True Detective,
Kiss Kiss Bang Bang) como Wonder Woman, Sean Astin (Samsagaz Gamyi en El Señor
de los Anillos) como Shazam, o Alan Tudyk (Rompe Ralph, Firefly, Serenity) como
Superman.
"No eres sólo un tipo con un disfraz de murciélago, ¿verdad?" |
Con la versión de carne y hueso de la Liga de la Justicia en
camino (aunque sea uno tremendamente largo), Justice League: War puede ser un
ejemplo de cómo contar una historia de creación de un supergrupo sin demasiadas
y pretensiones y mucha efectividad. No todo va a ser Los Vengadores.
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