miércoles, 27 de noviembre de 2013

'X-Men', Días del pasado


X-Men: The Animated Series
Nacionalidad: EEUU
Nº de Episodios: 76
Nº de Temporadas: 5
Duración: 22 min.
Productora: Marvel Entertainment Group, 
Saban Entertainment
Antes de empezar, me gustaría hacer un experimento. Si al abrir el siguiente enlace has sentido un ataque de nostalgia galopante que te ha llevado a los tiempos en los que solías limitarte a ver la tele mientras comías galletas, enhorabuena. Eres de los míos. X-Men cambió, de algún modo, mi vida. No era el hecho de ver a un grupo de personajes con poderes partirse la cara con amenazas más grandes que ellos mismos, ya que eso podía encontrarse en cualquier otra serie, como Dragon Ball o Reena y Gaudi, por decir dos ejemplos. Se trataba de algo más. Del carisma que desprendía cada uno de ellos, de lo diferenciados que estaban, cada uno con su repertorio particular de habilidades, motivaciones y momentos de gloria.

En realidad, ser fan de la serie de los mutantes me ha condenado, en algunas ocasiones, a encontrarme sólo defendiéndola. Una gran mayoría de la gente, como he podido comprobar después en esas conversaciones nostálgicas que suelen aparecer cuando llevas un litro de calimocho en el cuerpo, suele quedarse con la hermana melliza de esta, Spider-Man. Que sí, también era estupenda, pero me cuesta entender cómo se puede tener en mayor estima (con 13 años) a un fotógrafo trepamuros que a un ladrón que lanza cartas de póker explosivas o a un asesino amnésico con voz de cazallero y garras metálicas incorporadas.

Jean GreyComo supe después, X-Men cogía lo mejor de los 80 y los 90 de la cabecera de papel y lo usaba un poco como le venía en gana. Si bien la alineación principal era, esencialmente, el Equipo Azul de Cíclope con algún cambio (es decir, el propio Summers, Lobezno, Pícara, Bestia y Gámbito, con los añadidos de Tormenta, Jean y Júbilo en el lugar de una desparecida Mariposa Mental), muchos de los arcos argumentales más recordados estaban adaptados, en mayor o menor medida, de la mítica época ochentera de Chris Claremont. De este modo, la serie tuvo sus propios Días del futuro pasado, aunque bastante cambiados. También hubo esclavitud en Genosha, viajes al Asteroide M, visitas de Apocalipsis con ganas de armarla bien gorda, y por supuesto, Fénix. Concretamente, la Saga del Fénix Oscuro está calcada de las páginas del cómic, permitiéndonos ver como la señorita Grey pasa de dar lástima a dar miedo en un par de episodios.

Este carácter tan compendiador podría convertir a la serie de X-Men en un punto de entrada bastante bueno para iniciarse no sólo en los mutantes, sino en los cómics. Como de hecho, me pasó a mí. Sin embargo, no es así, debido a tres motivos:
  1. Ya no estamos en los 90, y siendo realistas y quitándonos las gafas nostálgicas de la cara, la animación de esto ha envejecido casi peor que el niño de Terminator 2. Casi.
  2. De nuevo, los 90 ya pasaron, y actualmente a las cabeceras mutantes no las reconoce ni su padre. De hecho, y aunque esto no es ni bueno ni malo por sí mismo, si Chris Claremont llevase 20 años en coma y despertase hoy, descubriría que más que padre es ya bisabuelo.
  3. Ver la serie actualmente, siempre y cuando pretendas hacerlo con la traducción del castellano de España, es prácticamente imposible.
Por lo menos siempre podemos quedarnos con estos ejercicios de añoranza tan sanos (con moderación, como casi todas las cosas). Con eso, y con la intro que le pusieron para emitirla en Japón, que es una cosa muy loca.

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