martes, 7 de enero de 2014

'Super', haz del mundo un puto lugar mejor


Dirección: James Gunn
Guión: James Gunn
Música: Tyler Bates
Fotografía: Steve Gainer
Reparto: Rainn Wilson, Ellen Page, 
Liv Tyler, Kevin Bacon, Nathan Fillion, 
Gregg Henry, Michael Rooker
Duración: 96 minutos
Productora: This is that, HanWay Films, 
Ambush Entertainment
Nacionalidad: EEUU
Imagina que estás en una fiesta y te presentan a alguien. Se trata de un tipo divertido, la clase de persona que se ríe hasta de su propia sombra, haciendo gala en muchas ocasiones de un humor muy negro y cínico. Pasais un buen rato compartiendo chistes sobre Irene Villa y sacándole punta al viejo Holocausto. Sin embargo, al par de horas, y cuando ya llevais un par de birras, este ácido bufón te cuenta que lo que el quiere hacer con sus chistes es hacer que todos nos queramos más y seamos amigos. Evidentemente, esto te pilla a contrapie, y te deja en una situación en la que crees que sigue de cachondeo. Pero no es así.

Exactamente eso es lo que ocurre con Super.

No digo que esto sea malo, ojo. Es posible tener unas intenciones muy positivas con el mundo y esconderlas tras una mirada cínica y descreída del mismo. Bill Hicks lo hacía, y que todavía se le recuerde, 20 años después de muerto, se debe en gran medida a ello. Pero hay que hacerlo con coherencia. ¿Nathan Fillion como un superhéroe cristiano que protege la virginidad de los adolescentes? Compro. ¿Un protagonista que roza la esquizofrenia y por eso se dedica a dar palizas a la gente? También. ¿Ellen Page violando a alguien porque va a vestido de superhéroe? Dos docenas, por favor. Pero todo eso para luego soltarte un discurso de que "todos podemos ser héroes", sencillamente, no encaja. 

Lo peor del asunto es que, quitando ese pie fuera de tiesto que James Gunn (director y guionista de la película, y el tipo que se ha hecho cargo de Guardianes de la Galaxia) comete al final, Super está bastante bien. De hecho, ojalá no fuese así. Ojalá fuese todo un despropósito, y tuviese más razones para destriparla y mostraros sus vísceras. Pero la película está bien. La dirección cumple y los chistes funcionan. El reparto, poblado por bastante caras conocidas, se mueve entre el aprobado y el notable. En este último grupo entra Rainn Wilson (Dwight de The Office), que aprovecha sus capacidades naturales para encarnar al perturbado y bonachón Frank, protagonista de la función. Ellen Page se sale, como suele ser habitual, y hasta Kevin Bacon me parece reseñable, ya que se marca un papel de gilipollas bastante curioso. Hasta para eso hay que tener talento, eh.
"Recordad niños: los ganadores no toman drogas."

Precisamente por todas las cosas que hace bien, me escuece más que Super tenga ese final tan efectista. Por momentos consigue ser más ácida y bruta que el campeón de la categoría, Kick-Ass, y competir a hacer el burro con Mark Millar no es ninguna tontería.

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