martes, 4 de febrero de 2014

'Bunraku', cómic en la gran pantalla

Director: Guy Moshe
Guión: Guy Moshe, Boaz Davidson
Fotografía: Juan Ruiz Anchía
Reparto: Josh Hartnett, Gackt Camui, 
Woddy Harrelson, Kevin McKidd, Ron Perlman,
Demi Moore, Jordi Mollà, Mark Ivanir,
Larnell Stovali
Duración: 118 min.
Productora: Picturesque Fimls,
 Shoot Entertaiemnt
Nacionalidad: EEUU
El bunraku es el nombre genérico que recibe el teatro de marionetas japones, compuesto por, cómo no, marionetas, narración y música. Bunraku de Guy Moshe bebe directamente de éste teatro japones y no disimula nada su aire musical o teatral, junto con influencias tanto de la novela negra, el spaghetti western y el cómic, todo con aire japones feudal.

Lo primero que voy ha decir de la película es empieza con el asesinato de Jordi Mollà ¿quien ha ganado la apuesta de en que escena moría?

La película comienza con una narración que nos sitúa en un futuro post-apocalíptico donde las abundantes guerras y genocidios han provocado que se prohíban la fabricación de armas de fuego y vuelvan a utilizarse las armas blancas como único instrumento para la guerra y la muerte, llegando las armas de fuego a convertirse en objetos de leyenda y las balas en el nuevo oro, como la tinta de impresora. 

Una ciudad de este esperpentico futuro es gobernada por Nicola, interpretado por Ron Perlaman, un actor que está involucrado en todas las películas con un aire a serie B y, por supuesto, en todas las películas de Guillermo del Toro, que a mi personalmente me gusta verlo en films de este tipo. Nicola es un leñador que dirige el crimen organizado a modo de ejercito urbano y con 10 capitanes, asesinos muy individualizados y que son un punto fuerte de la película, de esas que los villanos molan más que los protas, los cuales a modo de lucha de bandas en la plaza de la ciudad mantienen el liderazgo en la ciudad enfrentándose a los desafíos de los que quieren hacerse con el poder, casi bailando. 


Dos jovenes llegan a la ciudad, un vagabundo vaquero sin nombre ni pistola buscando venganza, interpretado por Josh Hartnett y un samurai sin katana venido de Japón buscando un antiguo medallón familiar perdido, interpretado por el cantante japones Gackt, llamado Yoshi, que se juntan en un bar regentado por Woody Harrelson, para acabar provocando una revolución, promete eh. 

Un punto fuerte que tiene Bunraku es el aire a viñeta que tiene cada escena, llegando a usar la aparición de los subtitulo para usar bocadillos y viñetas y sobretodo los villanos, cada uno llamado como "Señor" y el número que le corresponde en la organización, al igual que un estilo de combate completamente diferenciado y con un arma personalizada, todos perfectamente presentados y muy bien usados, para los cambios de ritmos de la película y la acercación al clímax final.

"Tengo 63 años y aún puedo hacer películas de acción."
La película se caracteriza por usar unos decorados y una iluminación que evitan y huyen del realismo clásico del cine, acercándose más al atrezzo del teatro, junto con una música que impera en la acción, dando la sensación de confusión en las escenas de acción, confundiendo una pelea con un baile, y en ningún momento intenta disimularlo, por lo que si hay falta de presupuesto lo esconde totalmente creando una identidad propia, y llevando la película Bunraku al tradicional bunraku japones. 

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